Una de las historias de supervivencia ampliamente divulgada en los medios de comunicación, fue la de Steve Frappier, de 37 años, quien se salvó gracias a su laptop.
Pero no es el único relato que conmueve y hace que nunca perdamos la fe.
Es el caso de Annika Dean. Su decisión de regresar a casa lo antes posible de un viaje a Atlanta casi le costó la vida a esta maestra y madre de Parkland.
Dean había planeado regresar al sur de la Florida el domingo, pero voló dos días antes debido a una tormenta de invierno en Atlanta.
A pesar de que la mujer se encontraba justo en el lugar del tiroteo, un desconocido de 70 años se convirtió en su héroe y la ayudó a sobrevivir.
Estaba esperando para recoger su equipaje en la Terminal 2 cuando escuchó los disparos. La profesora había recibido entrenamiento en caso de que hubiese un tirador activo en la escuela, por lo que el viernes supo qué estaba ocurriendo en el aeropuerto.
Sabía que no era seguro salir corriendo, razón por la cual se tiró al suelo. Su mayor temor era que sus dos hijos, de 13 y 11 años, se quedaran sin madre.
Poco después, llegó su héroe. Un completo desconocido fue su escudo protector. Según relató la mujer de 42 años, este buen samaritano la cubrió con su cuerpo y le dijo: “Yo te protegeré”.
Milagrosamente, ambos sobrevivieron, aunque las balas pasaron muy cerca de ellos.
El hombre es Tony Bartosiewicz, un electricista retirado de Rochester, N.Y. Su esposa Jennifer Cleeton se encontraba en otra área al momento del tiroteo.
Su hija, Jenny Miller, aseguró que la generosidad es un rasgo de su padre, quien incluso la salvó de ahogarse en una piscina cuando era una niña.
“Ese es el tipo de persona que es. Haría algo así sin pensar”, comentó.
Con información de Miami Diario