Un pasaporte por primera vez puede llegar a costar hasta 600 dólares. Hay gente que asegura le han llegado a cobrar hasta 1.000 dólares.
A las 3:30 am comienza a llegar a plaza Caracas la gente que tiene cita en el Saime. Las esperanza de salir temprano del trámite es más fuerte que el miedo a la inseguridad de la ciudad. Se resguardan donde pueden hasta que haya más movimiento.
Desde hace semanas se ha incrementado el número de usuarios que aseguran que gestores cobran hasta 1,5 millones de bolívares por el documento y que el pago debe hacerse en dólares. “A un tío del novio de mi amiga le cobraron 300 dólares”, hemos escuchado, en diferentes versiones, la última semana. Así que Contrapunto también madrugó para constatar, en la parte externa del Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería (Saime) de Plaza Caracas y Los Ruices si, efectivamente, los gestores que espantó el ex director de la institución, Dante Rivas, regresaron. Malas noticias: volvieron y están dolarizados.
La modalidad del trámite exprés para obtener el pasaporte en Caracas es la oferta más recurrente; principalmente porque cuando se tiene prisa por salir del país, cualquiera sea la causa, la gente está dispuesta a dar lo que le pidan con tal de conseguir a tiempo el documento.
No hay que hacer mucho esfuerzo para que aparezca el gestor. Parecen tener un radar: observan, escuchan, preguntan y sueltan su mejor oferta. Si no se presentan, no resulta tan difícil llegar a ellos.
No es fácil reconocer a un gestor de pasaportes a primera vista. Puede estar a su lado en la fila sin que usted lo sepa, y cuando se interactúa con ellos se muestran dispuestos a “colaborar” para que la persona pueda resolver su problema; eso, sí, advierten, “eso está saliendo caro”.
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“¿Usted quiere sacar su pasaporte?” preguntó una vendedora ambulante a nuestro periodista. “Ya le voy a decir quién es”, completó.
Es probable que no consiga una respuesta favorable en el primer intento. Le dirán que no hay material o que tardan mucho en entregarlo, pero “abandonar el sitio no es una opción”, advierte la baquiana.
“Quédese tranquilo, que todo tiene solución”, contestó. “¿Usted en verdad quiere agilizar su pasaporte? Porque eso cuesta una platica. Yo le voy a decir con quién puede hablar y usted le echa el cuento, tal como me lo contó a mí. Sin pena, hable y ya. Él tiene la última palabra”.
Escasos minutos después apareció un hombre vestido de manera informal. No llevaba a la vista ninguna identificación que lo acreditara como funcionario del Saime, pero entraba y salía de la institución sin mayores problemas. Dijo que se llamaba Raúl*.
“Bríndeme un café negro y cuente”, dijo de entrada. Y sin mucho formalismo, porque la situación no lo requiere.
Nunca miró fijamente el rostro del posible cliente. Fue un diálogo disimulado, quizá, para no levantar sospecha.
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“Espéreme aquí y le digo. De antemano, eso vale, ¿oyó? Si es primera vez le cuesta 600 verdes, y si está vencido o lo extravió, son 400. Yo no le estoy cobrando, ojo. Eso es para quien le va a realizar el trámite. Se paga en efectivo”, detalló.
Muy cerca otro hombre estaba muy atento a la conversa. “Si él no le resuelve, le resuelvo yo. Deme su número y la llamo. Este amigo mío está en el Saime de Propatria; ese sí le va a cobrar carito. Ya es un acuerdo que usted hará con él por teléfono. Hasta aquí llego yo”, le dijo Pedro Pérez al periodista que hacía este trabajo de incógnito.
En Los Ruices
La cadena se repite. Son los mismos vendedores quienes organizan la cola de madrugada. Ubican a los usuarios en columnas diferentes, de acuerdo con los trámites a realizar.
Cédula por primera vez, certificado de autenticidad, cedulación por extravío o robo y, finalmente, pasaporte. Los usuarios se ubican en números pintados en el suelo en los que se ubican de acuerdo con la solicitud del día.
Los funcionarios llegan a las 7:30 am y recogen los documentos requeridos. Durante el procedimiento cada persona presenta su caso. Los trabajadores del Saime advierten: “No podemos resolverle la situación a todo el mundo. Si usted sabía que iba a viajar, debía solicitar su pasaporte desde hace bastante tiempo. No tenemos la culpa de que no hayan hecho su trámite con anterioridad. Nosotros no estamos aquí para resolverles los problemas a cada uno, mucho menos para darles atención personalizada. Si es un viaje de placer lo lamentamos mucho; si es un viaje por enfermedad, quizá podamos ayudarlos”.
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En Los Ruices también hay “alternativas” para una emergencia. “Aquí hable con el señor Lozano. Explíquele clarito, aunque yo he visto que aquí la cosa está difícil porque el tema de los pasaportes ha hecho mucho ruido”, dijo un hombre.
El periodista también le planteó a Lozano su caso: un viaje de dos personas previsto para la próxima semana, con boletos en mano, de ida y vuelta. Un pasaporte vigente pero la inexistencia de otro. La disposición de pagar para obtener el documento de forma exprés.
La primera información que se obtuvo fue la tarifa: 400 dólares en efectivo. “Espéreme y ya vengo”, dijo el posible gestor. Después de un rato regresó para retractarse y remitir el caso a las oficinas de Plaza Caracas.
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