Cientos de miles de venezolanos tienen más de mes y medio saliendo a las calles día tras día a manifestar pacíficamente un descontento generalizado por la profunda crisis y el fracaso de un prototipo de gestión chavista, totalitario que ya pasa del 80% de rechazo popular, y promete ir en ascenso ante su manifiesta voluntad de no rectificar 18 años de fracaso, que tienen sumida a Venezuela en las más grande crisis económica, política y social de su historia republicana.
Después de la más grande bonanza petrolera de la cual se tenga conocimiento en los anales de la historia de nuestra nación, donde ingresaron a las arcas del estado por concepto de exportaciones de petróleo y gas, dos billones de dólares, con resultados nada favorables: una economía enferma, con una caída de más del 10% del Producto Interno bruto para el cierre del año 2016, y con un déficit público que asciende a más del 24% del PIB.
Pero el gobierno sigue sin rectificar, optando por profundizar la crisis, con la emisión de más dinero inorgánico, empobreciendo cada vez más a la población y acelerando el cáncer inflacionario.
Pero ante todo este panorama, al cierre del 2016, las importaciones cayeron en un 62% aproximadamente y según cifras de Datanalisis la carencia de alimentos en el país, es de un 80%, lo que mantiene a los venezolanos pasando hambre producto de la escasez y los altos precios que suben a diario. Un gobierno que le ha dado prioridad a las importaciones en detrimento de la producción nacional.
Según cifras del OVV la tasa de homicidios asciende a 112 por cada 100.000 habitantes, siendo Caracas la tercera ciudad más peligrosa del mundo. Así mismo, las cifras de mortalidad debido a la falta de medicamentos y de insumos medico quirúrgicos que alcanza el 80%, está minando la calidad de vida de la población.
También debería saber el gobierno que los servicios públicos en Venezuela son de pésima calidad, la energía eléctrica y el agua también tienen su pronunciada cuota de escasez, por lo cual la mayoría de los venezolanos vivimos entre apagones, y falta de agua potable.
A todas estas deficiencias, se suma, la violación permanente a la Constitución de la Republica, el desconocimiento del voto popular, la autonomía institucional, la violación permanente de los derechos humanos, y las pretendidas intenciones, de perpetuarse en el poder al estilo cubano, sin importarles el derramamiento de sangre de hermanos venezolanos que exigen en las calles de Venezuela; un cambio, político, económico y social, mediante la consulta popular, a través del voto universal, directo y secreto, como ordena nuestra legislación.
Diputado Freddy Paz
@freddyspaz
