En una lavandería cerca de Le Havre, al norte de Francia, un padre de familia tuvo la descabellada idea de meter a su hijo de tan solo 3 años de edad en una lavadora para así fotografiarlo. Su gracia terminó en morisqueta puesto que la puerta de la máquina quedó bloqueada.
El padre, de 30 años de edad, tenía la intención de tomarle una foto a su retoño a través de la ventanilla con forma de ojo de buey de la máquina. Entonces, introdujo al niño en el tambor de la lavadora y cerró la puerta. Así lo informó la Fiscalía de ese país.
Presuntamente el padre no se percató de que estas máquinas se bloqueaban automáticamente cuando eran cerradas, para así comenzar su ciclo de lavado. La situación provocó el pánico de los presentes, quienes comenzaron a llamar a los bomberos.
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Los testigos tuvieron que romper la puerta de la lavadora -para enojo del comerciante-. La policía llegó inmediatamente al lugar y abrió una investigación, en tanto el niño era examinado en un hospital; por otra parte, el fiscal de El Havre, François Gosselin, estimó que “no existió un maltrato voluntario”, y por lo tanto no hubo una infracción penal.
Sin embargo, el padre de la criatura deberá pagar los daños provocados a la máquina.