Los venezolanos han iniciado un camino sin retorno. Las protestas en Venezuela cada vez se tornan más intensas, y así también la posición que han asumido ciudadanos venezolanos en el exterior, quienes en un intento por apoyar dichas manifestaciones de rechazo a Nicolás Maduro han activado un “operativo de cacería” contra funcionarios chavistas y familiares que residen en todo el mundo.
Por Daniela Martin/ Venezuela al Día
Ese escrache -iniciado en los tiempos de la Inquisición-, que solo había sido relacionado con los pasajes más oscuros de la historia, como lo fue la Italia de Mussolini, la Alemania nazi y la España de Franco ahora también se le atribuye al escarnio público al que están siendo sometidos los llamados “enchufados” del chavismo.
Lo que empezó con antiguos y actuales funcionarios chavistas como Maripili Hernández, Roy Chaderton y Tarek William Saab se ha ido extendiendo hacia los familiares de los altos personajes rojos como la hija del alcalde de Caracas, Jorge Rodríguez.
Los registros audiovisuales que iban dejando los ciudadanos venezolanos en el mundo contra quienes consideran “son los culpables del desastre en Venezuela” fue despertando un fenómeno impensable.
No obstante con perseguir a los rostros más emblemáticos del chavismo, los venezolanos comenzaron a organizarse para incluso obtener direcciones del domicilio y sitios comunes que frecuente todo aquel que esté relacionado con el dinero “mal habido” que dejó la administración de Hugo Chávez, hoy continuada por Nicolás Maduro.
Llegaba el momento de la justicia, o la venganza. De cualquiera de las dos formas, los venezolanos en el extranjero daban de qué hablar con estas reacciones de intolerancia contra los personajes más “corruptos” del país que intentaban hacer una nueva vida en cualquier país del mundo con el “dinero robado”.
De esta manera, lo que parecía un justo reproche se convirtió en una sed de venganza que ahora resulta imparable y pone en tela de juicio su correcto proceder.
Los que lo apoyan y los que no
Fue así como el escrache contra chavistas en el extranjero era calificado por algunos como un acto de osadía, para otros significaba valentía y para otros tantos actos completamente innecesarios.
El diputado y primer vicepresidente de la Asamblea Nacional (AN), Freddy Guevara fue precisamente uno de los que rechazó acosar a hijos de funcionarios. “Sé que generará críticas, pero debo decirlo con claridad: no es correcto, moral ni políticamente, acosar hijos de funcionarios”, fue lo comentado por el parlamentario, quien avistó lo que se venía.
Por otra parte, dirigentes opositores de una línea más radical como María Corina Machado avalan el escrache como “reflejo de la sanción moral” en medio de la impunidad reinante con la que son beneficiados estos funcionarios acusados de corrupción y desfalco a la nación.
Sin duda, aunque hay quienes lo celebran y hay quienes lo repudian, el hecho en si, es que han ido creciendo y subiendo de tono, lo que hace cuestionar lo correcto de su procedencia y los niveles a los que podría evolucionar.
Hasta dónde llegará
Así como es entendible el escrache de una población contra los funcionarios de un gobierno que les impidió evolucionar en su propio país, también resulta preocupante los niveles a los que llegarán estos señalamientos públicos.
Si bien, los ataques empezaron guiados contra los funcionarios directamente, ha ido escalando en contra de los hijos de estos, invadiendo la privacidad de sus vidas y hasta perturbando a quienes les rodean en un país ajeno.
Asimismo, se incita a la posibilidad de que se arremeta también contra aquel que es chavista solo de pensamiento o simplemente, se llegue a atacar a otros ciudadanos que parecen afines a esta línea de boliburgueses, solo por confusión.
Fue golpeado al ser confundido con un funcionario chavista (VIDEO) https://t.co/hyn50we6dK pic.twitter.com/vksrZXDC1x
— Venezuela al Dia (@venezuelaaldia) 22 de mayo de 2017
La tonalidad de este fenómeno va cambiando y no resulta alentador para un futuro próximo, en el que el chavismo pasará a ser la oposición en Venezuela. Una oposición, que se presume tendrá bases para hacerse la víctima, tal como lo ha asomado el presidente Nicolás Maduro cuando asegura que con estos escraches, los chavistas –ahora maduristas- se convertien en los nuevos judíos del siglo XXI.