A veces muchas personas que tienen los niveles bajos de azúcar en la sangre o que no han comido nada en un tiempo determinado se vuelve irritables, insoportables y más propensos a atacar a otros. VAD
Desafortunadamente, para un padre e hijo en Tailandia la combinación de hambre, enojo y una incompleta y lenta sopa hervida llevaron al asesinato.
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Sakdin Duangphakhon, de 36 años, vivía con su madre y su padre en una casa de una sola planta en Buriram, situada en el sur de Tailandia. De camino a casa, Sakdin se detuvo a comprar carne de cerdo para su sopa favorita, su padre Nigor, de 65 años, se ofreció a preparar la comida sin pensar que estaba por venir. Mientras que su padre cocinaba, Sakdin tomó una botella de cerveza y fue a sentarse en una hamaca.
En poco tiempo, Sakdin sintió más hambre y volvió a la casa para preguntar cuando estaría lista la sopa de carne de cerdo. Se enojó con su padre porque no tenía el fuego lo suficientemente alto y esto provocó un retraso en la cocina. Entonces, Ngor informó a su hijo que, además de que la sopa no estaba lista, se había olvidado de añadir la salsa de pescado al caldo. La salsa de pescado es un condimento esencial en la cocina tailandesa. Sakdin sintió que su padre había echado a perder el cerdo, el dinero y el tiempo al no incluir el ingrediente básico.
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Entonces, sin previo aviso, rompió su botella de cerveza sobre la cabeza de su padre. Como Ngor cayó al suelo, su esposa, Pay, se precipitó en su defensa.
Sakdin abofeteó a su madre, haciéndola caer también al suelo. Luego procedió a tomar un cuchillo de cocina y comenzar apuñalar a su padre. En cuestión de minutos, Ngor yacía muerto en el suelo, tenía 10 heridas de arma blanca en la espalda y el pecho.
Cuando las autoridades llegaron al lugar, encontraron a Ngor en un charco de sangre y se encontraron a Sakdin tranquilamente sentado en la hamaca en el patio. Confesó el asesinato, y la policía le colocó las esposas.
Sin embargo, antes de dirigirse a la estación de policía, el coronel a cargo hizo arrodillarse a Sakdin al lado de su padre para orar. El hijo asesino espera su sentencia en la prisión de Amphore Nangrong, en Buriram.
