Las negociaciones entre el Real Madrid y el Mónaco para el traspaso de Kylian Mbappé se han ralentizado durante la última semana, aunque en el club blanco se muestran optimistas y confían en que el fichaje termine llegando a buen puerto. Algo que, si se cumplen los pronósticos, lo normal es que suceda en los últimos días de agosto, cerca ya del cierre de mercado, según establece el guión de todo fichaje galáctico que se precie.
El Mónaco quiere más
Este parón obedece básicamente a dos motivos. Por un lado, el cuadro monegasco ha incrementado sus pretensiones económicas después de llegar a un principio de acuerdo en la reunión celebrada a mediados de julio entre Florentino Pérez, José Ángel Sánchez, Dmitri Rybolovlev y Vadim Vasilyev, presidente y vicepresidente del Mónaco.
En aquel encuentro los magnates rusos establecieron un punto de partida de 190 millones de euros para negociar la venta de su prometedora estrella tomando como referencia el importe de la cláusula de Neymar que tanto el club blanco como el PSG valoraron pagar el verano anterior (192 millones). El Madrid comunicó al Mónaco que podría alcanzar una cifra cercana pero ligeramente inferior sumando fijos más variables por objetivos. En la franja de 150+30 millones y 160+20 ambos clubes se mostraron dispuestos a encontrar un punto de encuentro intermedio en la negociación y formalizar el traspaso, pendientes de acordar todos los detalles en una conversación posterior. El acuerdo no estaba totalmente cerrado pero se veía muy próximo desde ambas partes, pese a que en público jugasen al despiste.
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