En una Venezuela de hambre y empobrecimiento, una oferta de comida simboliza una esperanza y eso lo sabe bien el gobierno chavista. Los Comités locales de abastecimiento y “producción” (Clap) fueron ideados justamente con el fin de someter aún más al pueblo. En época decembrina, no es excepción.
Amanda Collins/Venezuela al Día
Es un común que en los días previos a una elección, los políticos hagan ofertas a sus posibles electores. En ocasiones las cumplen, pero es conocido popularmente que muchas de esas promesas se quedan solo en palabras. En el caso de los candidatos oficialistas, se escudaron en la oferta de un “Clap navideño” que llevaría carne, pollo y hasta pernil a las familias venezolanas.
Las ofertas, muchas veces, suelen ser engañosas y así lo confirmó el ministro de Agricultura Urbana y jefe de los Clap, Freddy Bernal. En una de “honestidad”, confesó en una entrevista emitida por el canal del Estado, VTV, que era “imposible que a cada venezolano le toque un pernil”.
A juicio de Bernal, el gobierno no tiene la capacidad de llegar a todos los venezolanos al mismo tiempo. Sin embargo, en el último programa de “Domingos con Maduro” no se le vio contradecir en ningún momento al presidente cuando se ufanaba de que él llevaba el mercado a cada familia venezolana, a la puerta de sus casas.
¿La justificación?
Nada nuevo. Bernal aseguró que la imposibilidad de hacer llegar un pernil a las familias venezolanas con su método de control social, es por la escasez de divisas en el país, producto de la caída de los precios del petróleo. Las sanciones económicas impuestas al régimen, entre otras excusas conocidas.
Asimismo el ministro confirmó que a aquellos que sí les llegue el suministro de carne porcina, recibirán entre 4 y 5 kilogramos de la misma. Quizás con el pensamiento socialista, los vecinos beneficiados podrían compartir algunos kg con otros a los que no les llegó. Una opción para pensar. Mientras tanto algunos tendrán pernil y otros, simplemente patria.