La oposición y el gobierno tienen desde el 2017 sentados “encomendados” en Santo Domingo en un diálogo entre criticas y esperanzas, pese a la decisión del oficialismo de celebrar las elecciones presidenciales antes de abril, unos comicios en los que el mandatario Nicolás Maduro aspira a la reelección.
La oposición ha sido fuertemente criticada por sentarse a dialogar con un gobierno manipulador que de “buenas intensiones” no están llenos, la coalición opositora asegura que no confía en el gobierno, pero la manera de salir de la crisis es intentando un diálogo.
VIDEO: ¿Quién miente en relación al acta firmada en diálogo
Si ambos grupos politicos, sobre todo el gobierno asumirán el reto politico e histórico que se les ha colocado por el país o caerán en intereses propios, en una manipulación de “gato por liebre” porque al mismo tiempo el régimen se sienta y por otro lado adelanta las elecciones.
¿Es posible la paz?
Ante las fuertes criticas por el apretón de mano de ambos coaliciones políticas, no siendo esta la primera vez que sectores “enemigas” en el mundo realizan acuerdos de paz.
Pasados 24 años de la icónica imagen de Yasser Arafat e Yitzhak Rabin dándose la mano bajo la atenta mirada de Bill Clinton en los jardines de la Casa Blanca en Washington, la paz entre Israel y Palestina todavía sigue esperando. Ese apretón de manos, repleto de esperanzas e incertidumbres, suponía el pistoletazo de salida de los Acuerdos de paz de Oslo (1993), gestados durante un año de intensos encuentros secretos entre israelíes y palestinos bajo auspicio de las autoridades noruegas.
Los Acuerdos de Oslo fueron un marco repleto de simbolismo. Por primera vez en la historia, el nacionalismo político palestino aceptó el derecho de existencia de Israel, el gobierno hebreo reconoció a la OLP como representante legítimo del pueblo palestino, y ambas partes firmaron resolver sus diferencias mediante vías pacíficas.
En el caso venezolano no escapa a esta realidad, ante esto el canciller de República Dominican aseguró que, “La paz, la democracia y el bienestar del pueblo de Venezuela desde el respeto a su soberanía es la base del diálogo”.