La muerte del piloto Óscar Pérez y sus compañeros de la resistencia venezolana sigue vigente y generando dudas. El asesinato de los rebeldes fue abiertamente tratado con hermetismo por parte del Gobierno de Venezuela, quienes además negaron en absoluto que se tratara de un vil hecho, a sabiendas del variado material audiovisual que dejó en evidencia ante el país y el mundo, que se había tratado de un ajusticiamiento por capricho político.
Adry Perdomo/ Redacción Venezuela Al Día
Desde el macabro acto en El Junquito, en la ciudad de Caracas, los heridos, muertos y posterior entierro, fueron el tema que – no se volvió a tocar – pues el Gobierno se lavó las manos como Pilato y dejó el asunto quieto. De hecho, el Ministro de Interior y Justicia, Néstor Reverol ofreció un balance en ese momento, “por encima de lo ocurrido” nunca detalló exactamente que había pasado y cuáles habían sido las razones por las que los funcionarios utilizaron uso desmedido de la fuerza si el grupo de Óscar Pérez estaba negociando.
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Muchos dijeron que era falso, descartaron que el piloto quería entregarse y lo acusaron de amenazar a los efectivos que estaban en el sitio. Pero más vale las pruebas que falsas palabras, el exfuncionario del Cicpc logró grabar todo, incluso las peticiones de cese al fuego en vista que habían civiles en la casa. Pero lo más relevante del asunto es que quedó en evidencia que Pérez y su equipo pedían detener los disparos porque existía la plena intención de entregarse, sin embargo, no fue respetado la orden era “a matar”.
Pero… ¿cuán real es el cuento del Gobierno?
Muchas fueron las especulaciones y alegaron que Óscar junto a sus compañeros habían sido sacados con vida de El Junquito, posteriormente trasladado a Fuerte Tiuna, donde presuntamente los habrían maltratado y finalmente le dieron muerte disparandoles a nivel de la cabeza. Pero nadie confirmó esa teoría, lo único que sería cierto es que fueron sacados con vida.
Según un audio exclusivo para Univisión, revela que, entre las 11:15 y las 11:42 de la mañana del 15 de enero, el piloto y su grupo negociaron su rendición con el militar a cargo de la captura. Dos horas más tarde, sus cadáveres llegaron a la morgue de Caracas, todos con disparos en la cabeza.
Una radiotransmisión entre los cuerpos policiales de Venezuela que participaron la mañana del 15 de enero confirma que los rebeldes fueron capturados con vida, luego de negociar su entrega con el comandante de la operación, el mayor de la Guardia Nacional Rafael Bastardo.
No disparen
El audio filtrado a Univision Noticias por fuentes policiales ligadas a la operación tiene una duración de 17 minutos. Durante los cinco primeros minutos de comunicaciones, quienes participan en la conversación reiteran la orden de no disparar e informan en 10 oportunidades que tienen pleno control de la situación y que negocian con los rebeldes, cara a cara, su rendición.
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El mayor de la Guardia Nacional Rafael Bastardo, en el segundo 00:49 del audio, se identifica de manera escueta e informa que está ubicado en las afueras de la casa: “Mayor Bastardo, desde afuera”, dice. A partir del minuto 2:29, Bastardo y los hombres que le acompañan utilizaron las siguientes frases para describir la situación: “Se está negociando, nadie dispara”.
“Nadie dispara, nadie. Ni los que estamos aquí en la casa, nadie dispara, nadie. Esto es una entrega”. “Nadie dispara que estamos en el momento más difícil porque tienen una granada y estamos aquí dentro de la casa. Estamos frente a frente, aquí nos podemos morir todos”. En ese momento, la casa se encontraba rodeada por unos 500 hombres de cuatro cuerpos de seguridad; la Fuerza de Acciones Especiales (FAES), uno de los grupos tácticos de la Policía Nacional Bolivariana (PNB); la Guardia Nacional Bolivariana (GNB); la Dirección General de Contra Inteligencia Militar (DGCIM); y el Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin) además de paramilitares, conocidos como colectivo.
Los funcionarios, armados con fusiles, 20 cohetes rusos RPG, un tanque y dos blindados, continuaban disparando contra la casa a pesar de las órdenes dadas insistentemente por radio. En ningún momento de la grabación se habla de un enfrentamiento con Pérez y su grupo, ni se reportan disparos de su parte en ese lapso de tiempo. Tampoco mencionan que alguno de los sospechosos hubiese fallecido como consecuencia del ataque a la casa.
La muerte
Casi tres horas después de las conversaciones reflejadas en la grabación, todos los rebeldes estaban muertos. Los siete cadáveres llegaron aproximadamente a las 2:00 de la tarde a la morgue de Caracas. Las actas de defunción entregadas a sus familiares tres días más tarde señalan que la causa de muerte en todos los casos fue un disparo en la cabeza: “traumatismo craneoencefálico severo, herida por arma de fuego disparada en la cabeza”, dicen literalmente los documentos.
Pérez reconocía que estaban rodeados y manifestó su intención de entregarse a las autoridades junto a sus acompañantes, luego de exigir algunas garantías para su vida, como la presencia de fiscales y periodistas. Nadie respetó esto, accionaron sus armas y las posibilidades que hayan sido sacados vivos de la vivienda de El Junquito es muy posible. Aunque todavía no es un argumento 100% seguro, dicen que entre cielo y tierra no hay nada oculto, y más temprano que tarde la verdad saldrá a la luz. Por ahora, se está más que seguro que fue una orden emanada de Nicolás Maduro y que sobre sus hombros pesan 7 asesinatos (además de las muertes que se han generado en protestas contra sus políticas).