La “Boutique su confidente”, localizada al este de Caracas, comenzó como una idea de su propietario, Víctor Correa, cuando él y su esposa vendieron en una tarde las ropa que tenían en su closet. Sin embargo, nunca pensó que ocurriría una crisis en el país que iba a notarse con tanta fuerza en su negocio.
Redacción Venezuela Al Día
En una entrevista concedida al portal Infobae, Correa detalló que de cada diez personas que van en la semana a venderle ropa usada, dos le dicen que lo hacen por necesidad, debido a que no tienen con qué comprar alimentos.
“Venden la ropa porque tiene necesidad, porque tienen hambre, porque no hay suficiente dinero, no les alcanza el que tienen y además no se consiguen los alimentos”, explicó Correa.
¿Pulverizado? La dolarización en la vida de los venezolanos
Los empleados del local lidian con una baja en las ventas. Además, la inseguridad también les afecta: deben exhibir solo un zapato del par usado para que no se los hurten.
“Una vez llegó una señora con ropa muy fina de una niña como de 15 años, que aquí iba a tener poca salida. Le dijimos que no podíamos comprarle la ropa. La señora se puso a llorar y me confesó que no tenía para las medicinas de su hija que estaba muy enferma. No le compramos la ropa, pero le dimos dinero para que comprara la medicina”, narró Correa.