En medio de una crisis económica sin precedentes en la historia de Venezuela, con una hiperinflación que puede cerrar 2018 en 1.000.000%, según cálculos del FMI, y con altos niveles de pobreza, el presidente Nicolás Maduro anunció un Programa de Recuperación y Prosperidad Económica que da indicios de apuntar a lo contrario, deja más dudas que certezas y vuelve a evidenciar la perniciosa improvisación con la que el Gobierno trata la materia económica y cambiaria.
La tarde del 25 de julio el mandatario afirmó que la reconversión monetaria se pospone y en vez de entrar en circulación el 4 de agosto, como había sido anunciado, estará vigente el 20 de agosto. Además, dijo que en lugar de quitar 3 ceros a la moneda, se eliminarán 5 ceros, siendo la moneda de menor denominación la de 5 céntimos (50.000 bolívares actuales).
En la reunión con el gabinete económico, el mandatario también dijo que la moneda venezolana ahora estará anclada al Petro, un criptoactivo respaldado en barriles de petróleo que fue anunciado por el Ejecutivo en diciembre de 2017 pero del que hasta ahora se sabe muy poco.
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Además, Maduro entregó al Banco Central de Venezuela 29.000 millones de barriles de petróleo certificados de la Faja Petrolífera del Orinoco para usarlos como respaldo de operaciones financieras en dólares y pidió a la Constituyente debatir la Ley sobre Ilícitos Cambiarios.
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