Mantener una vida saludable depende en muchas ocasiones de ese empeño que tenga cada quien de vivir con la alegría que debería. En muchas ocasiones personas que aún no llegan a la tercera edad se notan agotadas y agobiadas por su mala condición física, su propio cuerpo les reclama esa dosis de ejercitación que necesitan para liberarse de las toxinas y hasta del exceso de peso.
Redacción Venezuela al Día
Usted tiene que saber que su cuerpo está diseñado para moverse. Tanto que se ha probado que el desarrollo del cerebro desde hace millones de años se alcanzó solo para poder ir de un lado para otro. De tal forma que no es exagerado decir que quedarse quieto es algo antinatural según el artículo publicado por El Tiempo.
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Aprenda. El sedentarismo afecta todas las estructuras del cuerpo y condiciona la aparición de diabetes, hipertensión, debilita el esqueleto, induce dolor y aumenta el riesgo de infartos en todas las edades. Así que pilas.
Es importante que tenga claro que el sedentarismo mata hoy más gente que la violencia y las enfermedades cardiacas junta.
El ejercicio regular no solo mantiene en forma las estructuras osteo-musculares y el peso adecuado, sino que libera sustancias amigables que promueven el bienestar, regulan el azúcar, modulan el sueño, atenúan dolores, merman el estrés e imprimen felicidad.
Esto no es gratis. Requiere constancia. Todo empieza por la voluntad para sacarle tiempo y fijar rutinas progresivas que empiezan con algunos minutos al día y se reflejarán en cambios físicos y emocionales. Así que no lo dude.
Cualquier cantidad de ejercicio es bueno, sin embargo, dedique al menos 150 minutos a la semana, repartidos en tres o cuatro días, en sesiones de 30 a 40 minutos, y evite la sobrecarga de ejercicio los fines de semana, pues puede llegar a ser perjudicial.
Por último. Inclínese por el ejercicio aeróbico (nadar, trotar, bailar, montar en bicicleta) porque es el que mejor moviliza hormonas y favorece los procesos metabólicos. Para esto no hay edad; anímese, deje la pereza.