El cumpleaños de una ciudad, en cualquier parte del mundo, debería ser un recuento de cómo se ha conformado en un polo de desarrollo, cómo se ha logrado avanzar en temas como ciudadanía, mejoras estructurales y amén de ello, alguna obra por inaugurarse en la fecha aniversaria.
Redacción Venezuela al Día
Hoy Maracaibo arriba a 489 años de su fundación definitiva y lejos de hablar de las diferentes fundaciones que tuvo, es necesario hablar de los huecos en las principales calles y avenidas, de los semáforos dañados y las plazas abandonas que dominan el paisaje a lo largo y ancho de la segunda ciudad más importante del país reseña Diario La Verdad.
Una ciudad que se ha visto asolada por una administración que se asemeja a “las siete plagas” bíblicas, con la debacle en los servicios eléctricos que ha ocasionado la destrucción de su aparato productivo por los daños a sistemas de refrigeración de alimentos en todo el estado debido a continuos apagones que sufre la ciudad y que han llegado a extenderse mas allá de las 72 horas.
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Recordó que la ciudad vive en la oscuridad y a nadie se le ocurrió aprovechar el mismo sol que inspiró a Baralt para escribir un poema para alimentarla de energía. “No es posible que no se vea un panel solar en toda la ciudad o la misma región para solventar este problema que vivimos con la electricidad”.
Mencionó que hoy los marabinos sufren de sed y el Lago está contaminado. “Recuerdo que hace 18 años el presidente Chávez me encomendó hablar con el embajador de Canadá para un proyecto que estaba destinado a sanear el Lago a través de un comodato, pero el mandatario se negó debido a que eso sería entregarlo al imperialismo”.
Aunque la responsabilidad de las instancias de Gobierno es más que clara, según lo establecido por la ley, el diario La Verdad recorrió calles de la capital zuliana para preguntar a los habitantes de la ciudad qué hicieron por ella.
Sentada en un pilar de la entrada de la Basílica de Nuestra Señora de Chiquinquirá estaba Dinora Soto, una enfermera de 38 años, quien explicó que ama a Maracaibo y lo que hace por ella es educar a las personas para que no boten basura en la calle.
Más adelante estaba Bianca Acosta, una maestra de 39 años, quien dijo amar el humor de la ciudad y la idiosincrasia de las personas, sentimiento que transmite a sus alumnos.
Pascual Tabares, un miliciano de 51 años, explicó que paga sus impuestos y por eso le duele ver cómo a la ciudad “se la come la basura y se pierde en la oscuridad por las fallas eléctricas”.
En fechas como esta se recuerdan con mayor fuerza las denuncias plasmadas en la voz del “Monumental” Ricardo Aguirre quien reclamaba que siendo una gran capital de un estado prominente sufría del olvido oficial. Los años pasan y la Maracaibo de hoy no tiene nada que celebrar porque quizá tampoco hoy se salven de los apagones.