El este de Estados Unidos se preparaba este lunes para el impacto del huracán “mayor” Florence, que amenaza con inundaciones catastróficas en áreas ya afectadas por fuertes lluvias. El país norteamericano espera así otro fuerte azote de la naturaleza, esperando no pagar altas consecuencias.
Redacción Venezuela al Día
La tormenta estaba a 1.005 kilómetros al sudeste del territorio británico del Atlántico norte de la isla Bermuda a las 09H00 GTM del lunes, y se pronosticaba que “se convertiría en un huracán mayor” el lunes por la mañana, dijo el Centro Nacional de Huracanes (NHC).
“Se espera que (Florence) siga siendo un huracán mayor, extremadamente peligroso hasta el jueves”, dijo el centro con sede en Miami.
La oficina del gobernador de Virginia, Ralph Northam, describió a Florence como posiblemente el “huracán más importante en décadas” para el estado, y advirtió sobre “inundaciones catastróficas, fuertes vientos y, posiblemente, cortes generalizados de energía”, destacó AFP.
“La mayor amenaza de los huracanes para la vida no son los vientos fuertes, sino que las inundaciones son la consecuencia más mortífera de estas tormentas”, agregó.
La Armada estadounidense ordenó que todos sus barcos abandonaran el área de Hampton Roads, ante el paso del huracán.
Las fuertes lluvias en el área de Washington durante el fin de semana ya provocaron inundaciones en la histórica ciudad de Alexandria, Virginia, informaron los medios locales, y el Servicio Meteorológico Nacional emitió una alerta de inundaciones por el río Potomac.
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Florence se estaba “fortaleciendo rápidamente”, con vientos sostenidos máximos de 168,9 kilómetros por hora, convirtiéndose en categoría 2, la segunda más baja en la escala de huracanes Saffir-Simpson, de cinco niveles.
“El centro de Florence se moverá sobre el suroeste del Océano Atlántico entre las Bermudas y las Bahamas el martes y miércoles, y se acercará a la costa sureste de los Estados Unidos el jueves”, dijo el NHC.
La tormenta se movía del oeste al noroeste a alrededor de 14,4 kilómetros por hora, y se pronosticaba que bañaría una gran franja de la costa este de Estados Unidos, desde el norte de la Florida hasta Nueva Jersey.