El llamado Convenio Cambiario Número 1 publicado en la Gaceta Oficial Extraordinaria 6.405 del 7 de septiembre de 2018 y emitido por el Banco Central de Venezuela que supuestamente iba a desregularizar el mercado cambiario y desmontar los controles y demás obstáculos para la libre convertibilidad del bolívar con otras monedas, lejos de lograr tal objetivo lo que hizo fue enredar, dificultar mucho más ese mercado pues le otorgó a un sinfín de organismos facultades de control y evidentemente de penalización de las operaciones regulares relacionadas con las divisas, veamos las entidades reguladoras y supervisoras:
Primero: El Banco Central de Venezuela lo puede todo. Vender, comprar, suspender, anular, autorizar. Además es el ente centralizador con poderes extraordinarios.
Segundo: El Ministerio de Finanzas, o como dice la misma Gaceta Oficial, el ministerio del poder popular que exista en ese momento y que se encargue de las finanzas de la Nación.
Tercero: El recién creado Sistema de Mercado Cambiario que nadie sabe dónde queda, cuáles son sus funciones específicas, quién lo administra, en fin, no se sabe nada, pero de que vuelan, vuelan.
Cuarto. La Superintendencia de Instituciones del Sector Bancario SUDEBAN. Que tiene poder para hacerlo todo, seguro que lo hará, y seguro que lo hará muy mal.
Quinto: La Superintendencia Nacional de Valores SUNAVAL. Con muchísimas competencias.