El gobierno venezolano se encuentra entre la espada y la pared ante la presión internacional que se acrecienta constantemente debido a la grave debacle que afronta el territorio nacional.
Redacción Venezuela Al Día
Se ha manifestado en varias oportunidades sobre unas reuniones a puertas cerradas entre algunos opositores y los hermanos Jorge y Delcy Rodríguez, que al parecer ha contado con una persona muy cercana a la oposición y se asevera que el nivel de preocupación por parte de la tolda roja es cada vez mayor.
Las sanciones internacionales y las consecuencias que estas acarrean tienen al gobierno en la cuerda floja. Reciente mente se informó sobre la denuncia de seis países llevada a la Corte Penal Internacional (CPI), aspecto que se integra a los llamados de atención de varios políticos internacionales.
“El Gobierno busca seriamente restablecer el proceso de diálogo porque la situación internacional donde están cercados así como la crisis económica del país, los ha forzado a negociar. Se sienten contra la pared. Van a esas negociaciones como ‘cochino al matadero’, porque no tienen otra opción”, según lo manifestado por una fuente a la periodista Elizabeth Fuentes de un medio venezolano.
Timoteo Zambrano y Enrique Márquez son las personas que han respondido a la solicitud del gobierno, pero aun no existe una fecha precisa para el inicio de este nuevo diálogo. Los representantes que estarían de acuerdo serían Manuel Rosales, Henri Falcón, Eduardo Fernández y su hijo Pedro Pablo, así como el economista Francisco Rodríguez, por ahora. Y por la contraparte gubernamental estarían el presidente Nicolas Maduro y el gobernador de Carabobo, Rafael Lacava.
Escasean las opciones del Gobierno venezolano para esconder sus fortunas
Cabe destacar que una de las ofertas del Gobierno incluiría una disposición transitoria en la “nueva constitución” que obligaría a relegitimar todos los poderes, incluyendo la presidencia, en un plazo de 180 días posteriores a la aprobación de esa constitución.
El paso a la constitución significa mayor poder para el gobierno y dan por seguro de que se va a aprobar porque cuentan con que la mayoría de los opositores se van a abstener. Un punto en contra y con poca claridad.
Asimismo, el Gobierno estaría dispuesto a modificar la composición del CNE (dos de la oposición y tres del Gobierno), así como permitir que haya observación internacional de la ONU y la Unión Europea, menos de la OEA porque la tienen censurada.