El anuncio del embarazo de Meghan Markle coincidió con un momento delicado para la duquesa: un viaje oficial de dos semanas por Oceanía. Así, cuando aterrizó en Australia todos querían saber cómo se encontraba la futura madre. Y la futura madre se encuentra exhausta.
A pesar de que los primeros días hizo frente a todos los compromisos de su agenda, Markle ha tenido que bajar el ritmo y elegir a cuáles de los 76 actos programados asistirá. Su primera ausencia coincidió con una prueba de ciclismo de los Invictus Games, fundados por su marido. Harry de Inglaterra entregó las medallas a los ganadores, como estaba previsto, y disculpó la ausencia de su esposa. De hecho, llegó a comentar con los deportistas que «mi mujer está descansando en casa, estar embarazada tiene sus peajes».
Eso sí, a la hora de comer Meghan rapareció radiante e incluso siguió una competición náutica con su marido desde una embarcación.
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— Venezuela al Dia (@venezuelaaldia) 21 de octubre de 2018
No han sido pocas las voces críticas con que la duquesa de Sussex realice este viaje estando embarazada de su primer hijo. La propia Meghan reconocía a una de las personas que ha conocido estos días que está «cansada pero muy feliz». Habrá que ver si la esposa del Príncipe Harry puede seguir el ritmo de sus compromisos los próximos meses, aunque por el momento ya tiene algo a su favor: no ha sufrido las terribles náusas matutinas que, durante sus tres embarazos, dejaron fuera de la agenda a Catalina de Cambridge.
