El aislamiento diplomático de Venezuela viene creciendo al transcurrir del tiempo. El país no es bien visto en reuniones internacionales, por lo tanto, prácticamente no mantiene comunicación con la gran mayoría de los países de la región. No participa ni es relevante en ningún debate internacional.
Redacción Venezuela al Día
La crisis venezolana también comienza a convertirse en una crisis regional en la medida que millones de habitantes del país petrolero comienzan a trasladarse a los países vecinos para escapar la violencia y las condiciones de hambruna que enfrentan.
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Las medidas en puertas para aumentar la presión sobre Venezuela y recrudecer su aislamiento podrían evidenciarse aún más con el retiro de embajadores.
Actualmente los rumores de un total aislamiento internacional podría palparse debido a los persistentes rumores del inminente deterioro consciente de las relaciones diplomáticas entre los países de la región y venezuela y de la pretensión de desconocimiento de la legitimidad del nuevo mandato del presidente de la República, Nicolás Maduro, a partir del 10 de enero del 2019.
De acuerdo a lo anunciado, el Grupo de Lima, tiene previsto reunirse antes de la fecha de la investidura del ilegítimo presidente rojito, allí se presume que decidan retirar a sus embajadores.
Mayor estancamiento económico
Las consecuencias que desencadenaría un aislamiento serían perjudicial para el país y sus ciudadanos, además de ello las sanciones económicas a corto plazo por parte de EEUU se intensificaran, por lo tanto la situación de precariedad puede recrudecer.
La dieta básica del venezolano, en medio de una economía estancada, se basa en los acuerdos comerciales con otros países, por lo tanto, de extenderse las sanciones a lo comercial, económico y financiero se tendrían serias y catastróficas repercusiones en la economía y en las condiciones de vida de los ciudadanos.
De acuerdo a los datos ofrecidos por el Sistema de Información de Comercio Exterior de la Asociación Latinoamericana de Integración, el principal producto de importación de Venezuela con Brasil es carne de animal especie bovina con una inversión de grandes sumas de dólares. Con Colombia, azúcares y artículos de confitería, abonos minerales o químicos, cacao, pañales de bebé y papel higiénico. Mientras que de México se importan productos para la manufactura de fundición (hierro y acero), maíz blanco, champú y fórmulas lácteas para niños hasta 12 meses de edad.
En lo que respecta a Argentina, además también consignar carne, de ella también se obtiene grasas y aceites animales y vegetales y maíz amarrillo, así como también, leche, lácteos y huevos.
En este sentido, aunque el régimen de Nicolás Maduro aseguró que no le importa que se implante un aislamiento internacional, en el ámbito de la realidad no le convendría, solo se percibirá una mayor escasez de la que ya impera en la economía venezolana, lo cual es fatal para la estabilidad de la dictadura chavista.
Y aunque el gobierno podría estrechar lazos comerciales con países que apoyan su línea ideológica, como Bolivia y Ecuador, India, Rusia, Turquía o China, se patentaria un escenario no muy probable por la poca rentabilidad del mismo, que de conformarse aumentaría la deuda nacional gracias a los famosos “convenios” que ejecuta un Maduro acorralado por un desastre económico en crecimiento.
Tras esta serie de acontecimientos y con el país al borde del impago de sus deudas, favorece una circunstancia que sólo puede tener efectos internos nocivos en lo económico y en la ideología política pues radicalizará los discursos y complicará la añorada solución.