Contrario a lo que muchos pudiesen haber pensado a mediados de marzo, en Venezuela se ha arribado al mes de septiembre con un panorama cada vez más turbio ya que la esperada intervención militar nunca sucedió y el usurpador sigue atornillado por la cúpula militar a un poder que desde el mes de enero no le corresponde.
Redacción Venezuela al Día
A pesar de un lenguaje bastante fuerte, la administración de Trump ha manejado la situación venezolana “con pinzas” apoyando de manera resuelta a la oposición pero sin caer en la tentación de una intervención militar en la patria de Bolívar.
El discurso de Guaidó en cambio ha desconcertado a una buena parte de sus seguidores iniciales ya que propala a los cuatro vientos que en Venezuela se ha instaurado una tiranía y que con las tiranías no se puede negociar pero sorprende a propios y extraños al reconocer que los diálogos avanzan aún cuando hay diputados secuestrados y hasta el propio Roberto Marrero, pieza clave del grupo de trabajo de Guaidó, sigue encerrado sin necesidad de demostrar las acusaciones que se le hayan imputado.
¿Podría el regreso de las FARC terminar de originar una intervención militar contra Maduro? https://t.co/zITVhknHwn pic.twitter.com/AfSTd7HqSY
— Venezuela al Dia (@venezuelaaldia) September 1, 2019
Más aún tomando en cuenta lo ocurrido en los diálogos de 2017 eran el aval para no adelantar conversaciones a sabiendas de que Maduro y sus acólitos sólo buscan ganar tiempo y jugar al desgaste en un proceso que debería haberse finiquitado antes del mes de julio.
Y aunque no se puede criticar la iniciativa del gobierno noruego, la realidad que se vive en el país es de una economía colapsada y dolarizada de facto, sin embargo, los pírricos salarios de los trabajadores venezolanos cada día se diluyen bajo la égida de una inflación progresiva que destruye cualquier ingreso que no sea en dólares.
Desde fuera la situación es seguida de cerca por analistas y observadores, sin embargo, la población mengua a diario en una macabra realidad de supervivencia digna de cualquier cuento de terror.
Uno de estos observadores es el encargado de negocios para la Oficina Externa de los Estados Unidos (EEUU) para Venezuela en Colombia, James Story, éste asegura, durante una entrevista realizada en Bogotá “encontrarse impresionado” por el nivel de necesidades y condiciones adversas que enfrentan los venezolanos actualmente.
Uno de los puntos que sí dejó en claro es que el gobierno de Estados Unidos no desea realizar una intervención militar en Venezuela y aguardan que los venezolanos puedan superar la dura prueba de deslastrarse de una dictadura que cuenta con distintos elementos que la diferencian de los casos tradicionales ocurridos en América Latina.
Con información de La Patilla.