La pandemia no puede ser excusa para empeorar la situación de los derechos humanos en instalaciones penitenciarias en todo el mundo, según la subcomisión de Derechos Humanos del PE.
Esta comisión celebró este lunes un debate sobre el impacto de la pandemia del COVID-19 en la situación de las personas que se encuentran en centros de detención, como es el caso de las prisiones, que están a menudo superpobladas, además de contar con bajos estándares de higiene y sanitarios en muchos países en todo el mundo.
La mayoría de eurodiputados y expertos que participaron en la discusión destacaron que el brote de coronavirus ha llevado en muchas ocasiones a las autoridades penitenciarias de todo el mundo a imponer medidas draconianas, como una restricción severa de las horas de visita o planes de cuarentena similares a los de un confinamiento solitario indefinido.
Esta situación ya ha causado revueltas en prisiones en muchos países con consecuencias fatales y con riesgos de que sus condiciones de estancia empeoren, en un ambiente ya propenso a la violencia y el abuso.
Por esta razón, pidieron tanto a las autoridades nacionales como a los organismos de Naciones Unidas que continúen reforzando su importante labor de supervisión y vigilancia para asegurarse de que las autoridades penitenciarias respetan las reglas y obligaciones legales.
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